«Al releer aquellas cartas, Aurora no sintió tristeza, sino ternura. «Mateo me enseñó que la pasión también puede ser un color que se desvanece, pero que nunca desaparece del todo», pensó. Tras dedicar unos segundos a pensar cómo le habría ido a aquel aspirante a periodista, o incluso si seguiría aún vivo, guardó las cartas Leer entrada
